viernes, 18 de enero de 2013



Índice de sesiones


Primer Round: ¿Es la Filosofía un deporte de combate? (11/02/2013)

Segundo Round:  Mas allá de la antinomia entre física social y fenomenología social. (18/02/2013)

Tercer Round: Las luchas de la clasificación y la dialéctica de las estructuras sociales y mentales. (25/02/2013)

Cuarto Round: Relacionismo metodológico (04/03/2013)

Quinto Round: La imprecisa lógica del sentido práctico (11/03/2013)

Sexto Round: Contra el teoricismo y el metodologismo: la ciencia social total (08/04/2013)

Séptimo Round: Reflexividad epistémica (15/04/2013)

Octavo Round: Razón, ética y política (22/04/2013)

Noveno Round: Estructuras, habitus y prácticas (29/04/2013)

Décimo Round: La creencia y el cuerpo (06/05/2013)

Undécimo Round: La dominación masculina (13/05/2013)

Duodécimo Round: La presencia preocupada y activa de Bourdieu (20/05/2013)

Décimotercero Round: ¿Debe ser la filosofía un deporte de combate? (27/05/2013)



martes, 15 de enero de 2013

Bourdieu en el corazón / Loïc Wacquant se autoentrevista sobre Pierre Bourdieu


Bourdieu desarrolla una ciencia de la práctica humana que aporta una crítica de la dominación en todas sus formas: de clase, étnica, de género, nacional, burocrática, etc. Se trata de un ciencia antidualista, agonística y reflexiva. Antidualista porque desentraña las antinomias heredadas de la filosofía y sociología clásicas, entre cuerpo y alma, individual y colectivo, material y simbólico; y fusiona la interpretación (que indaga las razones) con la explicación (que detecta las causas), así como los niveles de análisis micro y macro. Se trata de una sociología agonística en el sentido que plantea que todos los universos sociales, incluso los aparentemente más conciliadores, como la familia o el arte, son en realidad espacios de infinitas luchas multiformes. Y, para terminar, la sociología de Bourdieu se distingue de las otras corrientes, y notablemente de aquella de los padres fundadores -Marx, Durkheim y Weber-, en que actúa de manera reflexiva, es decir: el sociólogo está obligado a dirigir sus instrumentos de análisis también hacia sí mismo, esforzándose así por conjurar las determinaciones sociales que también pesan sobre él, como ser social y como productor cultural.

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